Las dulces y jugosas fresas, con su vibrante color rojo, puede iluminar el sabor y la apariencia de cualquier comida. Ellas no sólo son deliciosas. Además son frutas bajas en grasas y calorías, y una buena fuente de fibra que contienen antioxidantes, que protegen al cuerpo humano del daño celular causado por los radicales libres.

Al igual que sucede con otras berries, la investigación indica que las fresas son otro gran combatiente contra el cáncer. En el laboratorio, extractos de fresas han demostrado que inhiben el crecimiento de células cancerígenas en el hígado, mama, colon y próstata.

Existen también estudios que aseguran que una dieta rica en fresas ayuda a proteger a los animales de los déficits relacionados con la edad en el aprendizaje y la memoria. En otra línea de actuación, las fresas ayudan a reducir la formación de coágulos de sangre no deseados, lo que sugiere que pueden ser beneficiosas para la prevención de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Además, son una fuente considerable de Vitamina C , que además de propiedades antioxidantes, son una fuente de colágeno que ayuda a sanar las heridas y que es considerada una materia prima vital para el buen funcionamiento de las articulaciones, huesos, tendones y músculos. La vitamina C ayuda también en la absorción de hierro, que es un componente crítico del sistema inmunológico del cuerpo.